Esta es la secuela del filme estrenado en 2019, dirigido por Michael Engler, que vuelve con una nueva era de drama ligero y humor inglés a las salas de cine, para todos los fanáticos de la aristocracia y el acento británico, que han seguido la historia de la familia Crawley desde sus comienzos en 2011 con el formato serie, creada por Julian Fellowes, mismo autor de la nueva serie de HBO “The gilded age“.

Las películas de Downtown Abbey son consecuencia del éxito provocado por la serie homónima de seis temporadas a la fecha, que logró cautivar con su puesta en escena de la histórica aristocracia británica de 1910, contando su historia a través del género cinematográfico de drama costumbrista, puesto que se centra en mostrar los modos de relacionarse y actuar típicos de cierta época, y con el de soap opera, pues retrata los problemas de un círculo determinado de personajes a partir de situaciones melodramáticas.
Si bien los conflictos de la familia siempre van de la mano con los de la servidumbre en la trama de esta saga (en la primera entrega vimos girar la película en torno a los altercados entre la servidumbre de la casa y la visitante servidumbre de la realeza), en esta ocasión seremos testigos de dos conflictos que corren paralelamente a lo largo de la película: la herencia de una villa en el sur de Francia por parte de un tal Marquez de Montmirail a la viuda de Grantham, y la renta de la casona de Downtown Abbey para el rodaje de una película que lleva por título “El apostador”, en donde servirá como escenario de un lujoso casino.

Fuente: Tatler
Prácticamente toda la familia viaja a Francia para indagar el porqué de la generosidad del Márquez para con su abuela, y descubrirán el conmovedor secreto de una joven Violet Crawley hacia el final de la película, en donde también cobrará sentido el subtítulo de esta segunda entrega “una nueva era”. Lady Mary es quien se queda a supervizar el rodaje de la película en Downtown Abbey, pues aún cuando sería impensable que los Crawley se prestaran para rentar el espacio donde ha pasado el mismísimo rey de Inglaterra, la falta de solvencia económica para reparar ciertos problemas de la casa los orilla a aceptar la oferta de los cineastas.
Entre las vueltas de tuerca que se dan durante la película, Lady Mary Crawley terminará por ser la voz de la actriz protagónica de la película, puesto que podemos apreciar en la trama un juego con la historia del cine, pues nos sitúa en la época de transición del cine mudo, al cine sonoro, y esto precisamente pone en una situación complicada al recién llegado director, que es convocado a cancelar la filmación por no ser redituable ya, al tratarse de una película muda en la latente inicial era sonora, por lo que se verá en la necesidad de pedir no sólo la ayuda de Lady Mary, sino también la del antes lacayo, ahora profesor, Molesley ¡e incluso la de toda la servidumbre! para terminar de rodar su película.
Puede que incluso el joven mayordomo de la casa, Thomas Barrow, haya encontrado por fin el amor y desee ir tras él a probar suerte, dejando a los Crawley nuevamente en manos de su veterano mayordomo de confianza. La joven nieta, Edith Crawley, vuelve a retomar su antiguo oficio de periodista y la actriz superestrella absolutamente americana Myrna Dalgleish, aprenderá un poco de los modales del Reino Unido antes de volver a casa.
El humor inglés se estampa de pronto en la pantalla con frases ingeniosas como “espero que tengas una versión mediterránea del traje, ¡o te vas a hervir dentro de él!” para aligerar acertadamente cualquier situación que podría desarrollarse dramáticamente. La fotografía tiene una especie de halo sobre los personajes gracias al efecto de Blur, utilizado sistemáticamente durante toda la película, que da la apariencia de estar contemplando una vitrina donde todo reluce en el interior.
La historia es un conjunto de elementos históricos de las formas aristócratas en choque con las costumbres americanas que desprecian la creencia en las jerarquías sociales, y es el conflicto que se presenta como la irrupción del mundo moderno en las habitaciones de los Crawley (literalmente), que sirve como base para desarrollar pequeñas situaciones melodramáticas (como una enfermedad, una cierta duda de parentesco y una herencia). Esta secuela nos devuelve Downtown Abbey en todo su esplendor imperturbable de casa lujosa y buenas maneras inglesas, en donde se disfruta ver un cuento tranquilo que sabemos se resolverá para bien, sin fuertes sobresaltos ni sorpresas arrebatadas, todo siempre dentro del marco de conducta clásico tanto del cine narrativo, como de los personajes y la época histórica que se vivía, sin arriesgadas mezclas ideológicas ni actualidades (como podemos ver en la también aristocrática y aclamada serie de Netflix, Bridgerton); “Downtown Abbey II, una nueva era” es una película que se apega a su género cinematgráfico para entregarnos una recreación histórica del mundo inglés de las primeras décadas de 1900, con las pequeñas historias de los icónicos personajes Crawley.
No te pierdas el estreno de “Downtown Abbey II: una nueva era” a partir de este jueves 28 de abril, en las carteleras de Cinemex tradicional y platino.
FICHA TÉCNICA
Título original: Downtown Abbey II: a new era
Año: 2022
Duración: 2h 5min
Dirección: Michael Engler
Guion: Julian Fellowes