El Castillo de Cagliostro: El regreso del famoso ladrón
Años antes de la adaptación de Netflix y años después de la publicación de Arsene Lupin de Maurice Leblanc, Hayao Miyazaki, uno de los fundadores de Studio Ghibli, inició las adaptaciones de Lupin III, el nieto del querido personaje.
La saga de Lupin III, iniciada en 1971, tiene más de 50 materiales, algunos de ellos llevados al live action. Las películas de anime empezaron a producirse en 1973 para contarnos las aventuras del ladrón mientras es perseguido por el inspector Zenigata.
50 años después, Lupin III regresa al cine en un festival con cinco de sus mejores películas: El misterio de Mamo, el Castillo de Cagliostro, La Tumba de Jigen, Goemon, Rastros de Sangre y La Mentira de Mina Fujiko.

El Castillo de Cagliostro lleva a Lupin y a su compañero Jigen a un pequeño país a buscar la fábrica de dinero falso más grande del mundo, después de un robo fallido por estos billetes. Sin embargo, al llegar a Cagliostro, se encuentra con la persecución de una joven vestida de novia, perseguida por un misterioso coche.
Lupin decide ayudarla, terminando herido en el proceso. Cuando despierta se encuentra con uno de sus guantes, con un misterioso anillo guardado en él. Intrigado, decide ayudar a la chica a escapar de nuevo.

No contaba con que esa chica sería Clarisse, la hija del duque de Cagliostro, que se casará a la fuerza con el Conde para recuperar un viejo tesoro familiar.
Atraído por el tesoro, un viejo robo frustrado, un poco de amor, principios y una vieja conocida, Lupin, Jigen y su tercer compañero Goemon, comienzan una nueva travesía.
El Castillo de Caliostro fue la primera película de Hayao Miyazaki, director de Mi Vecino Totoro, después de dirigir y crear la serie de televisión del Lupin III.
Con una animación impecable, divertida y hábil, llevó a Miyazaki al estrellato con sus escenas de acción, posicionándola como la 28 de las 100 mejores películas de acción de todos los tiempos, de acuerdo con GQ.
Lupin III siempre ha sido un personaje divertido y carismático, y combinarlo con inteligencia, ocurrencias (a veces salen buenas y a veces malas), acción, amistad y el factor sorpresa, la película se convierte en una de las mejores de la saga.

Saliéndose del típico molde estadounidense, es una película que no se basa en una historia de amor explícita, sino en promesas humanas y amistad. Las líneas de los enemigos como Zenigata se borran para dar paso a un bien común; el concepto de “ladrón” de repente tiene otro sentido.
Con esta película es muy fácil preguntarse: ¿Todos los ladrones son malos? ¿Los ladrones pueden ser héroes?
En 110 minutos, además de traernos aventuras, acción y risas, también muestra una realidad social sobre la diplomacia del mundo y los escalones de la justicia en los países.
Todos los personajes, por igual, tienen un conflicto que buscan resolver. Algunos de esos incluso quieren desafiar al sistema.
La película se disfruta mucho en su idioma original, con un toque de comedia, drama y mucha admiración por la estética. Por supuesto, destaca por ser una de las mejores del anime.

La elegancia del Castillo como principal escenario da una experiencia de placer visual que te hace interesarte por las películas de Studio Ghibli, o al menos de la saga.
Pocas sagas tan largas con personajes tan icónicos logran hacer las películas independientes entre si, donde conozcamos al personaje como si fuera la primera vez que lo vemos, pero sin convertirlo en una repetición de lo mismo.
Es imposible no enamorarse del estilo de los personajes, que logran captarte desde el primer momento, sin importar si son protagonistas o personajes secundarios. Y es aún más satisfactorio ver lo que el destino les depara.

Todos los sentimientos se presentan en esta película, que se vuelve una montaña de emociones. Te deja con un sentimiento de empoderamiento y paz, no importa si eres niño, joven o adulto.
Además, un ligero toque de tecnología (o magia, depende como querramos verlo), nunca le hace daño a nadie.
Como si esto no fuera suficiente, las risas no paran. Lupin carga con el humor original que fue gracioso en los años 70 y que lo sigue siendo 50 años después. Y es a su vez tan necesario, que sin él probablemente no se hubieran resuelto los conflictos presentados.
El Castillo de Cagliostro abre las puertas a un mundo que sin duda no sólo los fanáticos de Lupin, sino también del anime y las películas de acción disfrutarán.