Todos recordamos el clásico de terror dirigido por William Friedkin; una de las primeras películas en abordar el tema del exorcismo y de las más importantes en el género del terror sobrenatural. El exorcista fue la primera película de terror en ser nominada a Mejor Película e incluso ganó dos Óscares y cuatro Globos de Oro.

Este 2023 el director de Bones and All (2022) y Piña Express (2008), David Gordon Green, presenta una propuesta inusual con el regreso de Pazuzu, el demonio original de la saga con El Exorcista: Creyentes (2023), cual se suma a la tanda de películas de terror estrenadas este año. ¿Tiene una mirada inusual al terror? Sigue leyendo para descubrirlo.

El exorcista: Creyentes

En esta nueva entrega de la espeluznante saga de terror, David Gordon nos cuenta la historia de Angela (Lidya Jewett) y Katherine (Olivia O’Neill), dos adolescentes de 13 años que se aventuran en el bosque para intentar contactar con la madre de Angela. Después de tres días regresan, pero sus padres empiezan a sospechar que trajeron algo más con ellas.

¡Alerta de posibles spoilers!

Al inicio de la trama, nos presentan a Taner (Leslie Odom Jr.), un fotógrafo que se encuentra en Haití con su esposa disfrutando de su luna de miel. Desde ahí, nos explican que Angela recibió una especie de bendición vudú, que a final de cuentas no logra proteger a su madre de la muerte después de un fuerte temblor que destruye la ciudad. Sin embargo, esta introducción al universo de El Exorcista, que podría haber resultado en algo interesante va diluyéndose conforme avanza la historia, para convertirse únicamente en una excusa para que las dos niñas decidan realizar una sesión de espiritismo.

Trece años más tarde ocurre el esperado suceso: la posesión de ambas niñas. Aunque no deja mucho espacio entre la «vida cotidiana» y lo que más tarde sucede con las niñas, como pasa en el original, me parece que es una decisión acertada. ¿Para qué alargar si ya sabemos a lo que vamos? Así, la película más bien se centra en el proceso de aceptación de los padres, en cuanto a la decisión de si es algo psiquiátrico o una situación inexplicable y, como siempre, en la falta de acción por parte de la iglesia católica.

¿Propone una alternativa al cristianismo?

Aunque no deja de lado por completo la religión católica, introduce algo que me parece interesante: alternativas. Así, en este caso no es un miembro de la religión católica quien salva a las niñas, ni van al lugar más recóndito de roma a intentar que un padre acepte su caso. Más bien, intenta dar entrada a otras religiones y hacer una propuesta diferente: «el exorcismo no es exclusivo de la religión católica».

De este modo, además de los personajes católicos presentan a una hechicera vudú y a personas comunes realizando el ritual del exorcismo. Una propuesta un poco más pagana que antes, pero que aún se queda corto. Queda claro que aún no puede evitar la presencia predominante de la iglesia católica por su fuerte influencia en la cultura occidental.

Ahora bien, ya dijimos que la película va directo al grano. Esto también lo percibimos en el hecho de que Gordon no se demora en presentar la historia del demonio ni a darnos imágenes concretas y frescas del mismo. ¿Pudo haber hecho algo mejor? Sí, porque decide apoyarse de varias imágenes de su antecesora. Y a pesar de que su propuesta es válida, pues es el mismo demonio de la primera película, hubiera estado mejor que nos presentara algunos datos extra: que modernizara o actualizara la información sobre el demonio. Si vas a hacer una propuesta más allá del cristianismo, lo mejor es hacerlo desde todos los ángulos.

¿Qué esperar?

Si bien el impacto de la primera película es casi imposible de igualar, y hoy en día nos encontramos bombardeados de tantas películas de terror (sobrenatural y no sobrenatural), que cada vez resulta más difícil que la audiencia se asuste con algo, David Gordon no hace un mal trabajo. Si lo que buscas es algo completamente original, claramente no lo vas a encontrar. De nuevo, sólo en pequeñas propuestas. ¿Pero si las historias son las mismas y solo cambia el cómo las contamos qué es original hoy en día?

Los scare jumps son inesperados y te espantarás desde que empieza la película. El maquillaje es impresionante y, aunque los recursos utilizados no varían mucho a las representaciones tradicionales de un exorcismo, están bien hechos. Si eres un ávido fan del terror, seguramente las imágenes no te impresionarán (has visto peores), pero sin duda te entretendrán.

Otro aspecto destacable de la película es que se apoya demasiado en la nostalgia con el regreso de actrices como Ellen Burstyn (Chris McNeil) y el cameo de Linda Blair (Reagan McNeil). Sin embargo, lo mejor hubiera sido crear una propuesta completamente deslindada de la original, pues más que ayudar en algo sólo resulta en fan service para levantar la película.

El exorcista: Creyentes. ¿Debería verla?

David Gordon Green es conocido por hacer buenos reboots, con su reciente relanzamiento del clásico de 1978 Halloween con Jamie Lee Curtis reviviendo su papel como Laurie Strode. En general ha tenido buenas recepciones en sus películas, menos en El exorcista: Creyentes. No es una mala película, ni la peor. Sin duda esa sigue siendo para mí «La maldición de Villisca». Es película palomera, en un contexto donde el terror sobrenatural es cada vez más difícil de creer.

Más allá de los errores y pequeños aciertos del director, y de las críticas (sobre todo de Rotten Tomatoes) la decisión final recae en el espectador. Si lo que buscas es cine de arte, o ir al cine para disfrutar de una perspectiva innovadora del exorcismo, es mejor que no la veas. Pero si vas únicamente como fan del terror y a saltar de tu asiento, es una buena opción para pasar el rato con tus amigos.

El exorcista: Creyentes

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