En 1997, Titanic del director James Cameron ganó 11 Premios Óscar; la película había recibido 14 nominaciones. Recuerdo cuando un amigo me dijo que había visto Titanic más de 10 veces. Le pregunté, «¿por qué?» No había en mi pregunta ningún rastro de burla, yo era un niño como él. Titanic es un clásico del cine, un fenómeno de la cultura pop. No ha envejecido, la historia es como un cuento de hadas. Fantástica y trágica al mismo tiempo. Hasta aquí no hay nada extraño, nada para analizar. Lo extraño sucedió cuando James Cameron estrenó su Avatar; el director estaba segurísimo de repetir el mismo éxito y así fue. ¿Cómo puede estar un ser humano tan seguro de sí mismo? Avatar es la película más exitosa en taquilla, recaudando, hasta el momento, 2,906 millones de dólares. Muy bien, debemos aceptarlo, James Cameron lo hizo otra vez. ¡¿Pero otra vez?! En enero de 2023, Avatar: The Way of Water se convirtió en la película que más rápido ha recaudado mil millones de dólares. Vi la secuela y no encontré nada malo, ninguna crítica, la película funciona, las tres horas se pasan rápido. Entonces, ¿cuál es el secreto del éxito de James Cameron? Utiliza todos los clichés posibles, los mete a una licuadora y nos entrega una malteada. De vez en cuando, una malteada cae sabrosa.