Para quienes no han asistido al Pepsi Center WTC, se les puede decir que es el lugar perfecto para experimentar un concierto. El espacio es perfecto, desde cualquier parte se puede ver el escenario sin problemas. Además de que el sonido es disfrutable al máximo. Podemos apostar por el Pepsi Center WTC como la mejor venue para ver a tu artista favorito.
Lorde se lució en la noche de miércoles, su segundo concierto en la Ciudad de México. Con un set donde repasó sus mejores éxitos, dando un ritmo balanceado entre lo bailable y lo tranquilo. El escenario es una especie de escalera con un círculo, de estilo minimalista. Lorde lo utilizó de manera elegante, subía y bajaba durante las canciones: una coreografía que dio armonía a su actuación.
Algo que encanta de Lorde es su sencillez. Cuando se tomaba un momento para pausar, ella contaba historias personales y le hablaba a su público. Con tan sólo 25 años, es una artista consagrada, con tres álbumes perfectos. La energía que proyecta es inigualable y genuina: no hubo un momento en el concierto que no lo mostrara. Y lo más importante, sabe que su público es igual. El Pepsi Center WTC también se lució al cantar todas las canciones de memoria.

Pudo haber tardado años en regresar a México, pero Lorde es una artista que toma su tiempo. No saca discos para hacer giras; casi no usa las redes sociales. La artista ha conseguido mantener una mística alrededor de ella. Antes de que saliera al escenario, se podía escuchar entre el público que más de una persona lloraría al verla. Lorde es esa clase de artista, una que ha creado una base de fanáticos que nunca la abandonarán.
Por fin vimos a Lorde, en su mejor momento, en un concierto donde no faltó ninguna canción. A la mañana siguiente muchos apenas se darán cuenta de que realmente sucedió. Una noche espectacular.