Todo el mundo escucha jazz clásico. Lo ponen en Starbucks a diario. Nadie pide que cambien la música. Todos conversan de forma tranquila. Otros trabajan de forma productiva. No está mal hablar del jazz de esta forma casual. Nadie de nosotros es el personaje de Ryan Gosling en La La Land. Amamos la música y no importa si no conocemos todos los detalles.
Por fin es otoño y la opción correcta para disfrutarlo es John Coltrane: “Blue Train: The Complete Masters”.

Esta obra es la primera para John Coltrane donde tuvo el control de todo, la elección de músicos y canciones. Antes de esto, había colaborado, o más bien, trabajado para Miles Davis. En el mundo del jazz eso se le puede llamar “estancia”. Coltrane fue adicto a la heroína y este dato tiende a categorizarlo como otro genio trágico. En la película Whiplash (del director de La La Land) se habla sobre ser genial y a la vez adicto; morir jovén pero ser inmortal gracias a la música jazz.
Pero la historia nos dice que Miles Davis despidió a Coltrane en 1957. Y un mes después decidió dejar la heroína. Es en 1957 cuando el músico grabó John Coltrane: Blue Train: The Complete Masters. Lo que iniciaría una exitosa carrera como solista.
“I want to be a force for real good. In other words, I know that there are bad forces, forces that bring suffering to others and misery to the world, but I want to be the opposite force. I want to be the force which is truly for good”
Esta palabras de John Coltrane -para la publicación Jazz magazine- deberían ser lo primero que se nos venga a la mente cuando escuchemos su música.