The State, conocida como Guerra de herederos o Una herencia de muerte es una entretenida película que nos presenta a las hermanas Macey (Toni Collette, Hereditary y Little Miss Sunshine) y Savanna (Anna Faris, Scary movie y ¡Hombre al agua!), dos adultas que se enfrentan a uno de los grandes problemas de nuestro tiempo: no poder pagar su hipoteca. Ellas son dueñas del restaurante de su fallecido padre, por lo cual tienen gran conexión con el establecimiento y una necesidad suprema de salvarlo del embargo.

Fortuitamente para ellas, su adinerada y moribunda tía Hilda (Kathleen Turner La joya del Nilo y Vírgenes suicidas) puede ser su bote de salvación con la gran fortuna que podría heredarles pero las cosas no serán sencillas, ya que tendrán que soportar el carácter poco agradable de su tía y a sus primos, quiénes también quieren la preferencia de Hilda. Esta familia extendida la componen la fría y calculadora Beatrice (Rosemarie Dewitt El amigo de mi hermana y Black Mirror Arkangel) y el extremadamente raro Dick (David Duchovny X files y Evolution).

En la competencia para ganarse la herencia de su tía, los primos deberán romper sus límites morales y poner en peligro sus relaciones más cercanas (metafórica y literalmente). Conoceremos a James el esposo de Beatrice (Ron Livingstone El conjuro y Trabajo basura) , Geoff el novio de Macey (Gichi Gamba Battle for Milkquarious), Ellen la media hermana de las protagonistas (Keyla Monterroso Los colmillos crecen y Freeridge) y su madre Diane (Patricia French Dumb and Dumber to), quiénes generan un gran soporte emocional para que esta película resalte de entre otras comedias familiares, por lo cuál resulta imperdible.

Debo decir que la dirección llevada por Dean Craig (Luna de miel para tres y Amor. Boda. Azar) resulta muy adecuada al tono de la película, sin embargo es de remarcar la actuación de Toni Collette que nunca falla pues para ella no hay papeles pequeños, lo da todo en la pantalla; Ana Faris y Rosemarie Dewitt te dejan sentir la desesperación de sus personajes sin perder el humor e igualmente, la actitud de Kathleen Turner molesta al principio pero vas encariñándote de a poco con ella, así como con cada uno de los personajes, quienes tienen un final inesperado y totalmente satisfactorio.